lunes, 20 de abril de 2015

Dar y recibir.


Una vez un mendigo que estaba tendido al lado de la calle vio a lo lejos venir al rey con su corona y su capa. Pensó:

- "Le voy a pedir, él es un buen hombre, de seguro me dará algo".
Cuando el rey pasó cerca, le dijo: 
- "Majestad, ¿me podría, por favor, regalar una moneda?" (... aunque en su interior pensaba que él le iba a dar mucho). 
El rey le miró y le respondió: 
- "¿Por qué no me das algo tú? ¿Acaso no soy yo tu rey?"

El mendigo no sabía que responder y sólo atinó a balbucear: 
- "¡Pero, Majestad...yo no tengo nada!".

El rey contestó: 
- "¡Algo debes tener!... ¡Busca!". 
Entre asombro y enojo, el mendigo buscó entre sus cosas y vio que tenía una naranja, un bollo de pan y unos granos de arroz. Pensó que el pan y la naranja eran mucho para darlos, así que en medio de su enojo tomó 5 granos de arroz y se los dió al rey.
Complacido, él dijo: 
- "¡Ves como sí tenías!".
Y le dio 5 monedas de oro, una por cada grano de arroz. 
El mendigo dijo entonces: 
- "Majestad... creo que por aquí tengo otras cosas...". 
Pero el rey lo miró fijamente a los ojos y, con dulzura, le comentó: 
- "Solamente de lo que me has dado de corazón, te puedo yo dar".

Moraleja: Cuando das algo que sea de corazón porque es lo mismo que vas a recibir.

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